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El sonido de las ballenas azules

¿Qué efecto tiene la contaminación acústica en la forma de comunicarse de estas especies? ¿Se puede considerar al ruido como una amenaza para la supervivencia de las ballenas? En este artículo te hablaremos del Proyecto Ballena Azul desarrollado específicamente para responder a estas preguntas.

Creciendo hasta 30 m de largo y pesando hasta 180 toneladas, la ballena azul es el animal más grande del mundo. Además de su impresionante tamaño, sus llamados pueden ser escuchados a miles de kilómetros de distancia y muy por debajo de la superficie del océano. Sin embargo, se sabe muy poco acerca de estos llamados y cómo los ruidos provocados por el hombre interfieren con ellos.

El Proyecto Ballena Azul fue creado para indagar más en estas cuestiones. Gracias a los esfuerzos de la Dra. Marianne Helene Rasmussen y su equipo, ahora podemos entender más sobre cómo, por qué y cuándo estos majestuosos animales se comunican y qué podemos hacer para ayudarlas a sobrevivir y prosperar.

El llamado de una ballena azul tiene una frecuencia que va desde los 107 Hz hasta los 21 Hz (o menos).

Perturbando la paz

Las ballenas azules (Balaenoptera musculus) son una especie pacífica que habita en muchos de los principales océanos del mundo. Pero, su población se ha vuelto escasa y fragmentada debido a dos factores importantes: la caza masiva de ballenas ocurrida entre el siglo XVII y XX y las perturbaciones más recientes a su hábitat natural.

Las ballenas azules se comunican utilizando el sonido de frecuencia más bajo registrado dentro de los cetáceos con fuertes gemidos y quejidos de tono bajo que se pueden escuchar a través de largas distancias. Estos llamados tienen frecuencias que van desde los 107 Hz hasta los 21 Hz (o menos) con once tipos diferentes de sonido.

Desgraciadamente, este es el mismo intervalo de frecuencias de una variedad de sonidos producidos por el hombre, tales como; el motor de un barco, sonar de baja frecuencia activa, pistolas de aire comprimido para exploraciones sísmicas y otras actividades de exploración de petróleo, por mencionar algunas.

La pregunta a la que lleva todo esto es: ¿Qué efecto tiene realmente esta contaminación acústica en estos animales tan inteligentes y sociales?

El ruido pone en riesgo a la naturaleza

Por naturaleza, las ballenas azules son criaturas solitarias y a menudo viajan miles de millas solas o en pequeños grupos durante la migración. A pesar de esta distancia ellas están en contacto unas con otras, pero por desgracia existe una creciente evidencia de que la interferencia sonora puede afectar sus funciones vitales, como la alimentación, cría, navegación y comunicación. Este es un problema muy serio, especialmente por tratarse de especies en peligro.

Para empeorar las cosas, el tráfico marítimo va en aumento, principalmente en áreas oceánicas en donde habitan las ballenas azules. Por ejemplo, durante la conferencia del Círculo Polar Ártico en Reikiavik en septiembre del 2013 y octubre del 2014, se dijo que 60 barcos habían navegado por el Paso Noroeste en el verano del 2013, con planes para más rutas de navegación ya en proceso. Por otra parte, la observación de ballenas se ha convertido en una atracción turística popular, lo cual ha llevado a un incremento en el número de buques en áreas donde las ballenas se congregan.

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Enmascarar el sonido de los animales marítimos

ebido a la extensa naturaleza de las actividades antropogénicas (por ejemplo, el ruido de los barcos), el enmascaramiento puede ser uno de los más amplios y significativos efectos en la comunicación acústica de los organismos marinos hoy en día. El enmascaramiento tiene el mayor impacto en los animales cuando el ruido es en frecuencias similares a las señales biológicas más importantes, como el llamado de apareamiento. (Fuentes: www.dosits.org, www.cbd.int, Slabbekoorn et al. (Trends in Ecology and Evolution, June 2010).

El resultado es inevitable, más barcos significan más ruido bajo el agua. Para gestionar y mitigar los riesgos para la supervivencia de las ballenas, es vital obtener una mejor comprensión de cómo, por qué y dónde se comunican las ballenas azules, así como el nivel y efecto de las perturbaciones sonoras que producen los motores de los barcos.

El proyecto ballena azul

El problema de las ballenas azules fue considerado por el Centro de Investigación de Húsavik en la Universidad de Islandia, una autoridad líder en el estudio de mamíferos marinos. 

El centro está dirigido por la Dra. Marianne Helene Rasmussen, quién es la fuerza impulsora detrás del “Proyecto Ballena Azul” – una iniciativa de investigación para obtener datos de referencia sobre los niveles de ruido en el medio ambiente, la comunicación de las ballenas azules y el estudio del efecto que tiene el enmascaramiento sonoro en dicha especie.

Este proyecto es financiado por el Instituto para la Investigación de la Vida Silvestre de Animales Acuáticos y Terrestres (ITAW) de la Universidad de Medicina Veterinaria de Hannover en Alemania. 

La Universidad alemana tenía la intención de hacer un proyecto similar sobre las ballenas azules en la Antártica, pero por algunas cuestiones técnicas no fue posible llevarlo a cabo, por esta razón, estaban felices de apoyar los esfuerzos de la Dra. Rasmussen, que podrían proporcionar los mismos o mejores resultados en Islandia por un costo mucho menor.

Los objetivos para el Proyecto Ballena Azul se dividieron en dos partes:

  • En primer lugar, el proyecto se enfoca en obtener un mejor entendimiento de la comunicación de las ballenas azules sin que esto implica dañar a los mamíferos. De tal manera, que sería necesario localizar a las ballenas azules de manera individual y grabar los sonidos que emitieran en un momento determinado. Esto ayudaría a responder preguntas clave como: ¿El llamado siempre es el mismo?, ¿Qué diferencia existe con otras especies de ballenas? ¿Son capaces de cambiar la frecuencia de su llamado teniendo en cuenta el ruido que existe de fondo?.
  • En segundo lugar, el proyecto trataría de determinar cómo afecta el ruido de los barcos bajo el agua a estas comunicaciones. Esto implicaría la proyección de ruidos a ciertas frecuencias para enmascarar los sonidos creados por las ballenas azules e investigar su respuesta.

Es esencial realizar grabaciones exactas para obtener resultados confiables. Para esto, sólo necesitamos el equipo adecuado, buenas condiciones climáticas y por supuesto, que las ballenas estuvieran en el lugar correcto en el momento adecuado. ¡Y sólo uno de todos esos factores era una certeza!.

El tiempo, el lugar y las herramientas correctas

La Dra. Rasmussen eligió la Bahía de Skjalfandi al Norte de Islandia como la mejor área para realizar la investigación; es fácil de llegar, está cerca de la costa y en verano es de día las 24 horas, lo que significaba que el equipo de investigación podía salir a primera hora por la mañana, mucho antes de que los barcos de observación de ballenas pusieran en marcha sus motores.

Además, las ballenas azules llegan a la bahía en junio y pueden ser observadas durante aproximadamente cuatro semanas. Las ballenas azules se mueven a su propio ritmo y nunca puedes predecir cuándo van a aparecer ni por cuánto tiempo. Debido a eso, se eligió cuidadosamente un periodo de dos semanas y media para hacer un mejor uso de este limitado periodo de tiempo.

Por suerte, la Dra. Rasmussen tiene una amplia experiencia en investigación marina usando arreglos de hidrófonos para grabar patrones de haz y niveles de sonido, por lo que estaba bien preparada para los detalles técnicos que se presentaran.

En el año 2000, ella había sido parte de un proyecto similar en Andenes, al norte de Noruega, en donde grabó los sonidos hechos por los cachalotes usando hidrófonos modelo 8101 de Brüel & Kjær. El proyecto había sido un gran éxito, por lo que fue una decisión natural usar el mismo equipo nuevamente para el Proyecto Ballena Azul.

Para grabar a las ballenas, la Universidad de Aarhus hizo una grabadora especialmente configurada para que fuese capaz de capturar sonido en un canal y obtener al mismo tiempo una lectura exacta de la señal GPS.

Pescando los datos

Con todo listo en el momento oportuno, 4 botes y 28 personas se presentaron a media noche el 19 de junio del 2015 para iniciar la primera grabación. El equipo estaba formado por la Dra. Rasmussen quién dirigía el proyecto, algunos especialistas de la Universidad del Sur de Dinamarca y de la Universidad de Medicina Veterinaria en Hannover, estudiantes de Maestría y Doctorado, botes de tripulación y equipos observadores de ballenas.

Aunque tenían todo el equipo listo en el momento indicado el proyecto estaba todavía a merced de fuerzas más allá del control de cualquiera. Desde el 2008, el trabajo de seguimiento acústico e identificación por fotos había confirmado que las ballenas azules iban a la Bahía de Skjalfandi en junio, pero no había garantías de que todas ellas regresaran.

También era esencial que el clima estuviera de su lado, el equipo necesitaba aguas calmadas y sin viento para obtener grabaciones exactas; de lo contrario las olas subsecuentes y el sonido de ‘rasgueo de los cables’ del hidrófono causarán interferencia de ruido adicional que haría que los resultados fuesen inútiles.

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Método de localización a baja frecuencia: Las frecuencias de interés son muy bajas aproximadamente de 10-20 Hz. Con el fin de alcanzar cualquier ángulo, la distancia entre los hidrófonos debía estar los suficientemente separada para asegurar un ángulo mínimo. Usando 4 hidrófonos con un arreglo de hidrófonos largo se consiguió una distancia entre cada equipo de 1 km o 500 m a una profundidad de 30 m.

Las ballenas azules se comunican a bajas frecuencias (para 15 Hz la longitud de onda es aproximadamente de 100 m) así que se necesitó de un método especial para localizar la ubicación exacta de las ballenas. Esto se logró usando cuatro botes separados con una distancia de 500 m o 1 km en línea recta, con los hidrófonos a una profundidad de 30 m. Después, una vez que la ballena era vista, todo lo que se necesitaba era que los botes permanecieran en su lugar y grabaran los sonidos de la ballena y su localización por aproximadamente una hora a la vez.

Los mejores resultados posibles

A pesar de algunos días con mal clima y ciertos problemas técnicos menores, todo salió como estaba planeado y el equipo logró reunir más de 100 llamados de ballena y una gran cantidad de datos de la posición de las ballenas. Ahora todo lo que quedaba de esta parte del proyecto, era analizar las grabaciones, lo cual se realizaría en la costa y se finalizará dentro de los próximos 6 meses.

Por supuesto, el proyecto no acaba ahí y la segunda parte que consiste en examinar cómo los ruidos de los barcos enmascaran y afectan la comunicación aún no está hecha. Sin embargo, los datos hasta el momento han revelado algunos resultados interesantes sobre la naturaleza de estos fascinantes mamíferos acuáticos, cómo se comunican, qué frecuencias utilizan y cómo y cuándo las usan.

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Grabando sonido en el mar: El hidrófono 8106 tiene un amplificador integrado el cual proporciona una señal adecuada para su transmisión a lo largo del cable y puede usarse a una profundidad de 1000 m.

Estos hallazgos a su vez están dando lugar a una nueva serie de preguntas, tales como si las ballenas pueden cambiar o no las frecuencias de sus llamados, si hay alguna comunicación entre las especies y si esta metodología puede ser utilizada para estudiar otro tipo de ballenas (por ejemplo, el tan poco estudiado “Baleen whale”).

La Dra. Rasmussen ya está planeando solicitar apoyo financiero para una serie de proyectos para el próximo año para examinar más de cerca éstas y otras áreas.

El que un proyecto como éste haya resultado tan bien incluso con tantas variables para gestionar y superar, es un gran logro. Ahora, gracias a la Dra. Rasmussen y su incansable equipo, no sólo estamos formando un entendimiento mucho más profundo de las ballenas azules, sino que se espera que estos resultados sean un catalizador para un nuevo diálogo con las autoridades de las regulaciones de rutas de navegación para salvaguardar el hábitat natural de las ballenas.

Y si todo esto lleva a más y mejores formas de proteger esta enorme y enigmática criatura en peligro de extinción, entonces este es el mejor resultado posible para todos nosotros.

Un complemento ideal

El modelo adquisidor de datos NOTAR BZ-7848 de Brüel & Kjær permite la grabación de datos debajo del agua durante varias horas, incluso puede realizar estas grabaciones sin la necesidad de una computadora portátil. NOTAR en un registrador de datos robusto y de alta calidad que no contiene partes móviles susceptibles a golpes (a diferencia de los discos duros), esto significa que el registrador de datos puede trabajar en lugares en donde es imposible que trabaje un registrador basado en PC.

Biografìa:

Brüel & Kjaer. All Articles “Diving deeper into the sound of blue whales” [documento en línea http://bksv.com/NewsEvents/Waves/Articles/2015/diving-deeper-into-the-sound-of-blue-whales acceso: septiembre 2019].

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