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Los Mexicas y la medición

¿Sabías que los pueblos mexicanos antiguos contribuyeron al desarrollo del sistema metrológico con el que contamos hoy en día?

En artículos anteriores hemos hablado de la historia de la medición y conceptos básicos de este término. Ahora hablaremos sobre una de las culturas más ricas de México y su legado a la metrología.

Como sabemos, el México prehispánico estuvo integrado por una gran cantidad de culturas y pueblos que poseían una dimensión de las mediciones muy distinta a la que nosotros tenemos en la actualidad. Sin embargo, la concepción actual de todos nuestros patrones de medida no sería tan completa de no ser por la proeza intelectual de los pueblos prehispánicos que lograron establecer principalmente mediciones sobre el tiempo y el peso.

Los Mexicas fueron los primeros en desarrollar su propio sistema de medición debido a la necesidad de encontrar dimensiones para la medición de sus tierras, casas, templos y pirámides. La mayoría de sus patrones de medición estaban relacionados con las dimensiones del cuerpo humano y por lo tanto carecían de exactitud.

El sistema métrico Mexica era un sistema basado en unidades proporcionales entre sí por múltiplos y submúltiplos. Las personas que llevaban a cabo estas mediciones eran conocidos como “Tlacuilos” y entre sus tareas estaba la de registrar dichas mediciones en códices.

Medidas de longitud

  • “Cemmatl o neuitzantli”: Correspondía a la distancia del pie izquierdo a la mano derecha con el brazo en alto, la cual era de aproximadamente 2.50 metros.
  • “Cenmaitl”: Era la distancia entre una mano y la otra mano con los brazos extendidos, que se encontraba entre 1 .60 y 1.65 metros.
  • “Cenyollotli” o medida hasta el corazón: Comprendía la distancia de la mitad del pecho hasta el dedo más largo de la mano con el brazo extendido.
  • “Cenequetzalli”: Correspondía a la estatura de un hombre, aceptándose como equivalente 1.60 metros, considerando que el promedio de altura de los hombres en esos tiempos era de 1.52 metros y el de las mujeres de 1.50 metros.
  • “Cemacolli”: Era la distancia del hombro a la punta del dedo anular, la cual era de aproximadamente 80 centímetros.
  • “Cemmolicpitl”: Comprendía la distancia del codo a la punta del dedo anular.
  • “Cenxocpalli”: Era la medida de un pie.
  • “Centlacxitl”: Correspondía a la distancia dada en un paso normal.
  • “Cemiztetl”: Era la distancia de la palma de una mano, medida entre los dedos pulgar y meñique, equivalente a 18 centímetros.
  • “Cemmapilli”: Correspondía a la longitud de anchura promedio del dedo índice de la mano, equivalente a 17 centímetros.

Medidas de capacidad

  • “Centlachipinilli”: Unidad menor para líquidos y significa literalmente “una gota de algo”. El instrumento para esta medida era un pequeño y elaborado recipiente, generalmente de barro, con acanaladura especial.
  • “Cempopolli”: Es la cantidad de líquido que puede absorber una bola de algodón de tamaño de medio huevo.
  • “Cemixcolli, cemacuáhuitl, cenxumatli y centcuauhxumatli”: Son unidades relativas a cucharadas. Todas significan “una cucharada” y varían solamente en cuanto al tamaño, forma y material del instrumento.
  • “Centlaolololli”: Es una porción o pelota de materia blanda. Dentro de este tipo está el “Testal”, medida que se refiere a la porción de masa de maíz necesaria para hacer una tortilla.
  • “Centlamapictli y centlamatzolli”: Unidades para sólidos, contadas por puñados.
  • “Acalli”: Significa canoa y como tal era considerada como unidad de medida para líquidos y para sólidos. Es posiblemente equivalente a la medida colonial de media fanega o 27.26 litros. Otra medida similar es el “Cuauhacaltontli” equivalente a 4.54 litros.
  • “Tlacompixtli”: Medida equivalente a la fanega española o sea 54 litros, aproximadamente.

Adicionalmente, existían medidas determinadas por el número de unidades, como era el caso de las mantas que se comercializaban por cargas de 20 piezas. La leña se medía en “Zontle”, medida que comprendía 400 unidades y los granos se comercializaban con el “Jiquipil”, correspondiente a 8 mil unidades, como parte de un sistema de medición que consideraba unidades numéricas vigesimales.

Así, la veintena era una unidad de medida, 20 veintenas eran un “Zontle” y 20 veintenas de veintenas un “Jiquipil”. Por lo tanto, a pesar de que estos mecanismos de medición pudieran considerarse arbitrarios, en realidad son parte de un sistema métrico fundamental de la historia mexicana.

Durante la Colonia, el Sistema Métrico Mexica fue reemplazado por el Sistema de España. Sin embargo, algunos patrones de medición prehispánicos se mantuvieron intactos y unos cuantos se complementaron con los patrones europeos.

Un patrón de medida prehispánico que permaneció prácticamente sin modificación al sistema de la época colonial fue el “Tlamamalli”. Éste consistía en la carga soportable durante una jornada laboral para quien llevaba a cuestas el llamado “Tlameme”; es decir, el cargador del México antiguo.

Los comerciantes sopesaban las cargas ya colocadas en el “Cacaxtli”, la cual era una rejilla de madera a la que se ataba la carga y que el “Tlameme” acarreaba en su espalda. Dichas cargas eran reguladas en tanto fuesen moderadamente llevaderas, por lo que el peso del “Tlamamalli” era subjetivo, aunque de variación bastante reducida. Una vez consumada la conquista y apenas transcurridos cuatro años de dominación española, Hernán Cortés, Capitán General y Gobernador de la Nueva España, dictó la ordenanza de 1525. Lo anterior conllevó a la reglamentación de las pesas y las medidas, al señalar que en cada villa hubiera un “fiel” designado y elegido por los alcaldes y regidores que tenía la obligación de conservar en su casa pesas y medidas desde la arroba hasta el cuartillo y medio cuartillo, los cuales servían como patrones de verificación.

El 4 de junio de 1536 se dieron a conocer las ordenanzas del Virrey Don Antonio de Mendoza que se refieren a las medidas para tierra, fundándose principalmente en las medidas españolas como la vara. 

El sistema de pesas y medidas en la época colonial estuvo fundamentado en tres unidades básicas:

  1. La vara castellana para determinar la longitud
  2. La libra castellana para lo referente al peso
  3. Los segundos para especificar el tiempo

De estas unidades se derivaban las demás, sus múltiplos y submúltiplos, cuya variación no era decimal. Por ejemplo, la vara se dividía en tres pies; el pie en doce pulgadas; la pulgada en doce líneas y la línea en doce puntos. La legua, único múltiplo, equivalía a 5 000 varas. Las superficies se valoraban en varas cuadradas y los volúmenes en varas cúbicas. Fue hasta 1857 cuando se dio el primer antecedente de la metrología moderna en México, con la adopción del Sistema Métrico Decimal, que actualmente está definido por la Norma Oficial Mexicana NOM-008-SCFI-2002, titulada “Sistema General de Unidades de Medida”. También te puede interesar nuestro artículo sobre la historia del patrón de masa en México →

Referencia:  Revista e-medida “Historia de la metrología en México” [documento en línea http://www.e-medida.com/documentos/Numero-8/historia-de-la-metrologia-en-mexico acceso: junio de 2016].  

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